7.2. Web

El servicio web (y su protocolo asociado, HTTP) se ha convertido en el servicio ofertado más importante de internet. Las causas son diversas: su desempeño como medio para compras electrónicas, gestiones administrativas u operativa bancaria; la aparición de redes sociales y la asunción de funciones que previamente ya ofertaban otros servicios[1]. De hecho, los navegadores se han convertido en entornos capaces de ejecutar aplicaciones bastantes complejas (procesadores, hojas de calculo, etc.)

Sin embargo, todo esto no fue en principio así. En los años ochenta, Tim Berners-Lee trabajaba en el CERN y le surgió la idea de crear lo que él llamó hipertexto. Cualquier publicación científica requiere siempre una ingente cantidad de referencia a publicaciones anteriores y la consulta de estos textos es engorrosa, ya que hay que tomar la referencia bibliográfica y acudir a una biblioteca, buscar el libro y leer la fuente. Así que pensó una forma de que hacer fácilmente disponible todo este conocimiento común y llegó a la idea del hiperenlace: pulsar sobre él lleva directamente a la referencia citada y hace la divulgación científica infinitamente más sencilla y accesible.

Así pues, esta fue la idea original en la que se basó el servicio web: buscar un servicio que permitiera enlazar entre sí textos estáticos distribuidos a lo largo del mundo. Es importante tener esto presente, porque tal concepción influyó en la definición del protocolo HTTP.

Con todo esto en mente, Tim Berners-Lee diseñó en 1989 el protocolo HTTP y desarrolló para él el primer navegador web (llamado WorldWideWeb) y el primer servidor web (httpd). Además se requirió la creación de un lenguaje de marcas, HTML, que permitiera la escritura del hipertexto. El 6 de agosto de 1991 se puso en linea la primera página web en la dirección http://info.cern.ch/hypertext/WWW/TheProject.html.

Desde entonces el concepto de la World Wide Web ha evolucionado muchísimo y, tras un comienzo bastante anárquico con una incesante carrera por añadir extensiones a los estándares (véase la Guerra de los navegadores), se ha acabado por imponer la fidelidad a éstos, que publica el W3C.

EL protocolo HTTP se basa en la comunicación entre clientes (los llamados navegadores web) y servidores, que escuchan en el puerto 80/TCP. Como ocurrió con otros protocolos, la necesidad de asegurar la información, provocó la aparición del HTTPs, esto es, del protocolo HTTP encapsulado en SSL/TLS (puerto 443/TCP).

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